Distanciamiento social pondrá fin a los vuelos baratos, una información compartida por Mariano Aveledo Permuy
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El sector aéreo ha entrado en pánico. La crisis sanitaria desatada por el coronavirus ha provocado que el 85% de los vuelos se queden en tierra, limitando la actividad a trayectos de carga y rutas de repatriación de pasajeros. Los gobiernos diseñan ya rescates públicos para evitar una oleada de quiebras. Y las aerolíneas dan por hecho que la crisis no acabará con el control de la pandemia.
Al previsible desplome de la demanda se ha sumado en los últimos días otra amenaza: el distanciamiento social que habrá que respetar para evitar un nuevo brote del virus. Las aerolíneas de bajo coste basan su modelo en llenar los aviones de pasajeros y obtener ingresos adicionales de servicios como el transporte del equipaje de mano o la venta a bordo. Si se limita la capacidad de los aviones, muchas de ellas tendrán que incrementar sus tarifas para ser rentables.
La Comisión Europea, que ha recomendado no reservar las vacaciones de verano por el momento, ya trabaja en definir las condiciones en las que se reanudará el sector aéreo tras el Covid-19. Y una de las opciones que maneja es la de eliminar el asiento central de los aviones cuando se levanten las restricciones a los vuelos. Esto provocaría que la capacidad de las compañías aéreas pasaría a ser el 66% de la actual, un porcentaje demasiado bajo para las empresas de bajo coste, que necesitan al menos tener ocupados el 75% de sus vuelos.
El sector aéreo se está movilizando en los últimos días para evitar que este supuesto se cumpla. La semana pasada, el presidente de la Asociación Internacional del Transporte Aéreo (IATA), Alexandre de Juniac, advirtió de que limitar la capacidad de los aviones podría provocar que las aerolíneas encarecieran hasta un 50% el precio de los billetes «para obtener un mínimo de beneficios». «Si el distanciamiento social se impone, los viajes baratos acabaron», sostuvo el presidente de la IATA. La organización, que agrupa a casi 300 aerolíneas, prevé que el coronavirus provoque unas pérdidas de 82.000 millones de euros solo entre las compañías europeas.
La advertencia de la IATA, patronal del sector, ha sido secundada por la aerolínea más utilizada en España: Ryanair. El consejero delegado de la compañía, Michael O`Leary, ha asegurado en una entrevista concedida al «Financial Times» que la aerolínea dejará sus aviones en tierra si se impone el distanciamiento social. «Los Estados tendrán que hacer frente al coste de esos asientos vacíos o no volveremos a volar», afirmó el directivo. Otras aerolíneas, como Emirates o easyJet, asumen ya que el distanciamiento social se impondrá en los próximos meses y están adaptando su operativa para hacerle frente.
Desde la Asociación de Líneas Aéreas (ALA) explican a este periódico que esta medida «va a incrementar la asfixia del sector» y proponen una alternativa. «La seguridad sanitaria se tiene que dar en toda la cadena de valor, no solo en las compañías aéreas. Hay soluciones como establecer zonas estériles en los aeropuertos que podrían funcionar», aseguran desde la organización.
No es la única medida que plantea sector. Las aerolíneas han propuesto la concesión de pasaportes sanitarios a pasajeros que ya hayan superado el Covid-19 y la posibilidad de realizar test masivos en los aeropuertos. La Organización Mundial de la Salud (OMS), sin embargo, ha rechazado este mismo fin de semana el pasaporte sanitario porque todavía no está demostrado que una persona sea inmune al virus por haberlo superado en una ocasión.
La división está servida, si bien fuentes del sector aéreo consideran que será «inevitable» respeta cierta distancia social, aunque ello comprometa la operativa de un buen número de aerolíneas.
«Es un problema complejo. Los controles sanitarios pueden no ser del todo fiables y si se impone el distanciamiento social las medidas deberán ser agresivas. En China han optado por dejar a los pasajeros durante dos semanas en hoteles, pero esa práctica amenaza el turismo de negocios», explica el profesor de Economía y Empresa de la Universidad Abierta de Cataluña (UOC), Pere Suau-Sánchez. El experto prevé que en algunos destinos se produzcan incrementos de precios tras el Covid-19, pero también vaticina que en otros se desatará «guerras de precios para intentar estimular la demanda».
Gran impacto en España
Son estas batallas tarifarias, constantes en los últimos años en Europa, las que provocaron que las aerolíneas «low cost» ya dieran síntomas de agotamiento antes de la crisis del coronavirus. La viabilidad de Norwegian, impulsor del «low cost» transoceánico, lleva años en entredicho, a lo que se unen las quiebras de Wow Air o Joon producidas el año pasado. Incluso IAG, propietario de Iberia, estaba revisando su estrategia con Level cuando se desató la pandemia. ¿La razón? Precisamente las dudas respecto a su rentabilidad.
La irrupción del coronavirus amenaza ahora con dar la puntilla a este modelo de negocio que se hizo fuerte durante la crisis económica. Una circunstancia que transformaría el transporte aéreo en países como España, donde desde hace varios años solo Iberia hace frente al empuje de Ryanair y más de la mitad de los vuelos (el 52%, según los datos de Aena) son protagonizados por compañías de bajo coste.
Una información compartida por Mariano Aveledo Permuy
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